Hacía 25 años que no se veían por el circuito. Las retransmisiones de televisión obligaron a los torneos a que los partidos de tenis se disputaran con pelotas amarillas para mejorar la visibilidad del telespectador y el blanco quedó en el olvido. Wimbledon fue el único que se resistió a dejar morir esta tradición, pero finalmente claudicó ante el progreso. Sin embargo, dos décadas y media después, y a pesar de que los fabricantes ya no las lanzan al mercado, un torneo profesional se ha vuelto a jugar con pelotas blancas. Se trata del ATP Championhips de Algarve, una prueba correspondiente el circuito sénior que, para conmemorar su décimo aniversario a querido teñirse de blanco.
Pedro Aguiar Frazao, director del torneo, ha impuesto el blanco por bandera. Los jugadores juegan con ropa blanca, el personal trabaja con uniformes blancos, las gradas se han teñido de blanco para la ocasión y en la pista, lo más llamativo es que se juegue con pelotas blancas. "Tuvimos que hacer el pedido con seis meses de antelación porque ya no se fabrican", apunta Frazao respecto a las 10.000 pelotas que se utilizarán durante la semana por parte de los Yevgeny Kafelnikov, Goran Ivanisevic, Thomas Enqvist, Thomas Muster, Henri Leconte, Greg Rusedski, Jeremy Bates o Nuno Marques. "Creo que es bueno para los aficionados ver las viejas tradiciones de este deporte una vez más y la reacción ha sido buena parte de los jugadores, ya que muchos de ellos nunca han jugado con bolas blancas antes", añade.
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